El pasado sábado 27 de abril se inauguró una exposición colectiva en Pelahustán, en la que tengo el placer de participar, por culpa de mi vicio ciclista, tenía un compromiso que me impidió estar en la inauguración, de haber estado, habría evitado hablar, por lo vergonzoso que soy, pero de haber hablado habría dicho algo así…

Es un placer compartir exposición con uno de mis maestros, y echando la vista atrás, con tres de mis primeros referentes. Y es que cuando era un preadolescente, mi madre me prestaba su antigua Werlisa y jugaba a ser fotógrafo, los primeros fotógrafos que tuve más cerca fueron los que había en el pueblo, los hermanos Frisuelos, Francis, Luis Carlos, Jean Pierre… Unos como aficionados, otros como profesionales, fueron las primeras referencias que tuve de que uno se podría ganar la vida y disfrutar con la fotografía, seguro que ninguno sabe esto… pero me parece bonito y justo decirlo.

Pasaron los años, mi formación y luego mi trabajo se fué enfocando más al audiovisual, y reduciéndose el tiempo que dedicaba a hacer “mis fotos”, esas que haces por gusto y no por encargo, esas que haces cuando estás empezando y quieres llevarte todo a través de tu óptica, y esta pequeña exposición, nos ha hecho a los cuatro revisitar aquellas fotos “nuestras”, las de mis tres compañeros, tremendas técnica, artísticamente, y sobre todo de un valor enorme para la intrahistoria del pueblo. Las mías, más recientes, forman parte de un proyecto aún en proceso, que espero poder mostrar al completo en los próximos meses.

Espero que esta exposición sea la primera de muchas, y por pequeñas y modestas que sean, influyan a otros/as y anime a fotografíar, pintar, a hacer que siga y aumente las iniciativas culturales en el pueblo